Sueños, amor y reflexiones de Yolanda Bueno

miércoles, 3 de febrero de 2016

SIN PROMESAS



No me cuentes tus secretos, ni me digas donde están tus cosquillas,
tiendeme la mano de tu boca y deja que los dedos de mi lengua,
encuentren el punto G de tus besos.
Haz crujir las paredes de mi pecho contra tu vientre, hasta que te duelan mis huesos,
deja que el eco de los tacones de tu sonrisa deambule por mi boca,
dejame ser ese payaso que te haga reír,
dejaré que masturbes a mis oídos con los susurros de tus gemidos dormidos. 
Atrevete, no traigo promesas en las manos...

 Qué le follen al destino, sé el capricho de mi cuerpo,
no quiero princesas, me gusta el olor a mujer que de ti,
                           se desprende.
Atrevete, rescatame,
sé que tienes el arma del valor suficiente para no esperar a que ningun principe te rescate, soy un hombre, sé basica, solo porque sé que eso es un imposible, y que haras lo que te venga en gana, no traigo promesas en las manos. Divorciate de las penas, sé mi cenicienta, deja de ser la mujer de las aflicciones y hazte la puta de la felicidad. Recorreré la escalera de caracol que va a la luna y desde allí, me tiraré sin paracaídas para caer en tus carnales infiernos explorando las geometrías del calendario lunar de cada uno de tus orgasmos. Enseñame, atrevete, que no traigo promesas en las manos, dejame ser cuarto creciente y el menguante también, te dejaré ser luna llena y la nueva después, no me muestres tu corazón de cuero que las agujetas de sus latigazos me imantan, no quiero saber, solo existir en este momento en el que me llenas con tu olor a misterio y a centeno, quiero ser un pervertido contigo y con palabras sucias hacer cortes limpios, en esos deseos de mente inteligente que tienes por ojos, sonrojate, me intrigas, atrevete, dejate ver, sé mi tarantina, brutal, sensual, letal sexual, sé conmigo, lo que no eres con ningún otro que no traigo promesas en las manos, no tengo brújula, así que si desencadeno tus tantísimos miedos te habré desnudado del acento de tus palabras y podré tomarte como llana, grave, esdrújula o aguda, escucharte en cualquier registro, me dejaré registrar, separame las piernas, me suscitas tanta curiosidad, excedete, que no traigo promesas en las manos, eres el monosílabo que llena mis pantalones, la tónica de una fuerza mayor de la que ni siquiera eres consciente, lanzate, no te censures, rugele a mis instintos.
 
                      Sé mi loba, aullame,
crugeme, hasta que lo único que quede de mí, en mi mismo, sea una parte de ti, esa a la que llamas libertad y que tanto te gusta, me gustas, vuelve a mirarme así, desafiante, te rugiré, reclamandote para la manada de todos los días de mi vida, mirate, sienteme, te siento mortalmente femenina te mire por donde te mire, te miro y eres tan jodidamete terrenal, que los demonios se me llevan, te respiro envuelto en el pecado de pensar que entre elegir entre una diosa y tú, te preferiria a ti sin dudar, respirame, sé mi consentida, y ahora hiperventila, sé que lo harás, cuando te cuente que la erección que revienta los dientes de la cremallera de la bragueta de mi corazón solo porque te sabe cerca, eyacula que soy monógamo contigo y solo contigo, el resto del tiempo el miembro erecto de mi mente, por más que lo follen es incapaz de correrse, hueleme, me pones, rastreame, y deja que sea un nómada en los caminos de tus felinos movimientos, eres el diseño versatil que de forma personalizada se acomoda a los rasgos faciales de mi pensamiento, no pienses, mi cuerpo es esa falta de ortografía que te recorre sin tocarte y cuya imaginación, no te olvida, olvida las reglas y dejate llevar por el impulso, recorreme, tocame, que no traigo promesas en las manos.. 

Escrito por Yolanda Bueno Melado 03/02/2016

4 comentarios:

  1. Fantástico, me ha encantado oirte, pensar lo que dices, ufff. Besitos zagalina.

    ResponderEliminar
  2. Lo cierto es que desperté del sueño de golpe,con su ultima frase retumbando en mis oidos, haciendo eco en las pulsaciones de mi sangre, desgastando las suelas de mi sentido común, mientras ese extraño derretia los acentos de las frases en el habitaculo de mis timpanos... Gracias zagal. Muxu bat.

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias por dejar tu escueto pero no por eso, menos halagador comentario Maria del Carmen Piriz

    ResponderEliminar