Sueños, amor y reflexiones de Yolanda Bueno

martes, 6 de octubre de 2015

ME HABITAS

                                                                            
                                                                                        Y recorres mis entrañas, 
                                                                                             golpeándolas, 
                                                                                          llenándolas de, cardenales
El caos es ese detalle que soy y vulnerando los derechos del miedose bebe a besos mi infierno

haciendo erosiones en lo profundo, de las pieles de mi carne,
anestesiando mis defensas, arañandolas con lesiones indoloras,
haciéndole la guerra a mi sistema inmunitario
mientras matas en silencio a mis células.
      Tú, virus despiadado
que muerdes incondicional, la parte de mí,de la que te has apropiado
      Me habitas
como ese inquilino no esperado, y nunca deseado.
Me apaleas y te clavas en el núcleo de cada célula infectada
con tu capacidad para incorporar tu material genético
al mio
escondiéndote así, de mi sistema inmune
para de una forma retorcida, contaminar mi organismo
como la epidemia asintomatica, que eres
perserverando en tu actitud
de querer seguir dandome dentelladas a placer.
Y mientras el nitrato de plata, abrasaba con sus llamas gélidas
mis entrañas, dejándolas negras, para exterminarte
yo solo pensaba, que de todos los materiales posibles
había de ser este, el que mata a los hombres lobo
el elegido para cauterizar mis heridas,
y que esto me obligaría a encontrar cualquier excusa
para alejar de mi vida, al amor de mi vida
sabiendo, que si le doy un motivo para que me odie
soltará mi mano...
El olor a carne quemada, carbonizaba, todas mis palabras
pero no así, tu perversa intención,
                    virus,
de querer seguir sangrandome, como una sanguijuela.


He aprendido a llorar sin lágrimas, pero percibes mi dolor salado, virus
La falta de promesas es e comienzo de una gran historia

y esperas con beneplácito, el sabor metálico a sangre
que se desprende de mis pupilas, y aprovechando ese momento
de debilidad lames mis orillas, con tu lengua viperina
envenenándome, con tu letal saliba.
La lágrima de mi sonrisa, se rompe antes de tiempo
dejando seca la esperanza, de mis ojos
cada vez que escucho que
            Tú...Virus...
sigues mortificando, con tu presencia mi carne,
despedazandola, enfermandola.
Y las estaciones de la luna cambian
menguando, creciendo, despareciendo,
haciéndose llena, mientras los aullidos
de un lobo, con cuerdas vocales humanas,
son arrastradas como hojas, por las fauces del viento,
incendiando, con su paleta de sonidos, mi otoño de fuego.
Solo quiero ser capaz  de convercerme, de que yo
no soy por quien ese lobo, aulla
porque daría, mi pobre peso en oro
a cambio de pasar una sola noche
entre sus fieras caricias, entre los colmillos de sus besos
y sin embargo, sé, que debo alejar ese pensamiento de mí
y ahora no porque este hombre lobo
me diga que nuestro abrazo es inviable
sino porque para lo único que me falta coraje
es para hacer algo que a este lobo hombre
le haga daño y dentro de mí, hay una mordida
nefasta para él, y quien sabe si también, para mí.

Apostar, virus que me habitas por, quien de los dos
ganará este duelo, es algo que desconozco,
pero puedo asegurarte,
que si le he plantado cara, a la vida
no me va a faltar valor, para plantársela, a la muerte
porque no le tengo miedo, ni a la una, ni a la otra.


Escrito por Yolanda Bueno Melado el 04/10/15

1 comentario:

  1. Hay personas en esta vida, que actuan como verdaderos virus. Infectan a todas las personas que tienen a su alrededor, anulando sus defensas y dejando inservibles cualquier tipo de vacuna.
    Un bello escrito!!!

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